sábado, 19 de marzo de 2011

LLEGA CON INTELIGENCIA.


Si llegas al centro de estudios a tiempo ya empezaste bien.
Si en tu centro hay un oratorio ¡pasa a decirle buenos días al Señor de la Vida!  Son tan pocos los chicos y chicas que lo hacen y no sabes lo bien que te va a ir todo el día, por tener ese gesto de cariño y respeto para con quien te ama.
Al encontrarte con compañeros, míralos y sonríe.¡Es tan feo que la gente sólo ande como mirando al vacío!
Al encontrarte con amigos, salúdalos.  Igual, al encontrarte con los mayores que trabajan ahí.
Y luego viene el asunto del uso del tiempo previo al trabajo.
Si tienes algo que revisar, revísalo. Si no hay nada que hacer, conversa con alguien.
Pero no es buen tiempo para ponerse a correr, a jugar, ni para empezar el día con risotadas grupales que a veces parecen escandalosas y sólo te dan mala imagen.
Y cuando suene el timbre llamando a aulas, recuerda que -gracias a Dios- todavía escuchas. Así que muévete hacia tu salón de clases. Y a buen paso, que para eso estás más joven que tus abuelitos. ¿Imaginas con qué ritmo llegará tu cerebro al aula si te has movido al ritmo de un viejito de cien años?

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