La pereza es nuestra enemiga, no es nuestra amiga. No quiere tu bien, quiere tu mal, quiere que no hagas lo que sí puedes hacer, quiere que no llegues a ser lo que sí puedes llegar a ser.
Vigila ese desgano que no te deja fuerzas para nada útil, que sólo quiere que uses tus fuerzas para jugar, para pasear, para "perder el tiempo" haciendo cualquier cosa.
Continuaremos...
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