Y es bueno tener ilusiones, aunque hay que fijarse con qué nos ilusionamos.
El fin de semana debe servirnos para relajarnos un poco, para romper la rutina, para estar más con quienes amamos. No es para volvernos locos y matarnos con diversiones extremas.
Yo no sé qué haces tú los fines de semana, pero espero que sea algo positivo. Por ejemplo, es buena idea comenzar el fin de semana el viernes temprano por la tarde realizando los deberes del lunes y avanzando lo que se pueda de la semana siguiente. ¿Creíste que iba a decir durmiendo o saliendo de fiesta? No sería muy inteligente hacerlo porque -ya de entrada- malogras tu fin de semana sembrando en ti el sentimiento de que no has hecho lo que necesitabas hacer.
Lo que hagas el sábado y el domingo (ver una peli, hacer siesta, salir al campo, hacer un deporte, pasear por sitios de tu ciudad) dependerá de tus padres y de ti. Pero que no sea nada que te impida empezar el lunes con la cabeza en orden y el ánimo bien dispuesto.
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